¿Es esto solo una cuestión de complejidad?
Con frecuencia se afirma que la diferencia entre los hechos de la naturaleza y los hechos sociales es de cantidad más que de calidad. Los hechos que conducen a la formación de precios, según este punto de vista, son cualitativamente los mismos que los que producen la fisión nuclear. La diferencia es solo que hay más de ellos. Los hechos sociales involucran mayores complejidades porque son la combinación de un número mucho mayor de componentes que los hechos de la naturaleza. Pero esta afirmación se confunde por dos razones bastante fundamentales. Primero, los hechos sociales son hechos intencionales, que dependen de la intencionalidad humana, mientras que los hechos naturales no contienen intencionalidad alguna. En segundo lugar, los hechos sociales operan en un mundo abierto donde los nuevos hechos vienen y los viejos se van sin que exista ningún principio que regule el ir y venir, en contraste con los hechos naturales donde el contexto, como en un experimento de laboratorio, se puede determinar. La diferencia entre los hechos que surgen a través del acuerdo y la costumbre humanos y los hechos que son totalmente independientes de nosotros es bastante básica para la ciencia. Es la condición previa para la separación de la teoría verificable experimentalmente de su objeto. Si la teoría monetaria se refiriera a las propiedades del papel que sirve como billete de diez libras, no tendría ninguna dificultad en parecerse a las ciencias naturales. Pero no se trata de ese papel. La teoría monetaria tiene como objetivo Si la teoría monetaria se refiriera a las propiedades del papel que sirve como billete de diez libras, no tendría ninguna dificultad en parecerse a las ciencias naturales. Pero no se trata de ese papel. La teoría monetaria tiene como objetivo Si la teoría monetaria se refiriera a las propiedades del papel que sirve como billete de diez libras, no tendría ninguna dificultad en parecerse a las ciencias naturales. Pero no se trata de ese papel. La teoría monetaria tiene como objetivofunciones, propósitos, efectos y respuestas en el comportamiento individual y colectivo que asignamos colectivamente al billete de diez libras junto con las reglas, los términos y condiciones que postulamos explícita e implícitamente que hacen que el billete sea operativo. Esa incesante variación en el valor de ese billete de diez libras es consecuencia de la subjetividad ontológica del objeto intencional colectivo que llamamos dinero. Como lo dijo Adam Smith, el valor de ese billete de diez libras es una cuestión de persuasión, una cuestión de cómo, a través de ese diálogo entre el comprador y el vendedor y la interacción incesante dentro de la sociedad en general, se llega a un acuerdo, cómo se llega a un acuerdo de que el el billete vale más o menos o casi lo mismo que el objeto por el que se intercambia.