Conclusión
Los economistas de la corriente principal, debido a su errónea suposición de que las credenciales científicas de la disciplina dependen del despliegue de métodos formales de modelado matemático, están limitados por una serie de presuposiciones metafísicas implícitas. Suponiendo que estos métodos son siempre relevantes, suponen que el mundo social está constituido de hecho por átomos pasivos y aislados. Un modelo económico formulado apropiadamente, que estipula relaciones funcionales bien especificadas, sirve para filtrar la agencia, la elección y el cambio genuino. Este es un resultado muy preocupante para los economistas convencionales, ya que normalmente ven la elección como una preocupación disciplinaria central, incluso definitoria. Se plantea entonces un dilema fundamental entre el progreso explicativo y la elección y se lo considera inevitable.
Una vez que se adopta una orientación explícitamente ontológica, se puede demostrar que este dilema es falso. Se puede identificar una ontología estructurada alternativa de cosas, poderes y potencialidades que no solo es coherente, sino que es capaz de hacer inteligibles los aspectos clave de la práctica científica moderna de una manera que la ontología implícita que presuponen los economistas de la corriente principal es bastante incapaz de hacerlo. Tanto la agencia como la elección pueden reconocerse sin que ninguno de los dos constituya un bloqueo en el progreso explicativo. Los economistas pueden aceptar el objetivo de buscar mejorar el poder explicativo de su teoría y reconocer la realidad de la agencia, la elección humana y la intencionalidad. El reconocimiento de que el dilema es falso se deriva de un compromiso directo con la ontología. La adopción de una ontología social estructurada también permite acomodar una concepción más adecuada del cambio social que puede informar las iniciativas emancipadoras. Dado el estado de la economía contemporánea, se necesita urgentemente un enfoque renovado en la ontología si se quiere facilitar un progreso explicativo sostenido.