Economía posterior a los hechos

Ha pasado más de una década desde que la crisis financiera de 2008 golpeó la economía mundial. En la actualidad, existe una literatura económica cada vez mayor sobre la naturaleza y las consecuencias de la crisis. Una de las opiniones ampliamente aceptadas sobre la crisis ha sido que no fue solo una crisis de la economía global; también fue una crisis de la profesión económica473. Los economistas han jugado un papel en el surgimiento de la crisis.

Sin embargo, hemos descubierto que la ética de la investigación no se ha enseñado comúnmente en los departamentos de economía de todo el mundo desde entonces. El número de artículos publicados en la revista de educación económica y metodología económica también es muy limitado474. En nuestra opinión, no es injusto decir que el tema de la inmoralidad entre los economistas se ha disfrazado en los debates abstractos en metodología económica desde la crisis financiera de 2008475. Creemos que sospechar de los hechos concretos y la evidencia ha jugado un papel en la exclusión de la ética de los debates metodológicos en economía. Como Boumans y Davis (2010, 171) argumentan que “[l] os juicios de valor metodológicos más importantes en economía involucran tres tipos de elecciones hechas por los economistas con respecto a cómo debe llevarse a cabo la economía: (i) la elección del tema a investigar; (ii) el método que se utilizará para investigar ese tema; y (iii) los criterios y normas utilizados para evaluar y juzgar la validez de los resultados de la investigación.” De hecho, el rechazo de la teoría es tan importante como la elección de la teoría. La primera es una cuestión ética, mientras que la segunda es metodológica.

Una de las primeras fuentes que ayudó a los economistas a centrar su atención en la naturaleza de la crisis financiera de 2008 fue Inside Job (2010), un documental de Hollywood, dirigido por Charles Ferguson. Este documental no solo explicó cómo funcionaban las complejas herramientas financieras. También ofreció un panorama general del período de desregulación desde la década de 1980 hasta la fecha. La opinión que sostenía el documental era que grandes empresas como Goldman Sachs, Morgan Stanley y Lehman Brothers sabían que la crisis se avecinaba; pero no hicieron nada al respecto. El documental se proyectó en los festivales de cine de Cannes, Toronto y Nueva York en 2010. También ganó el Premio de la Academia de 2010.

Inside Job es la primera producción de Hollywood que aborda el tema de la ética de la investigación en economía. Ferguson sostiene que la profesión económica está totalmente corrompida. El documental proporciona evidencia de que los economistas escriben informes a empresas financieras y agencias de consultoría, pero no siempre expresan abiertamente que lo hacen. Según Ferguson, esto conduce al problema del conflicto de intereses en la economía.

El conflicto de intereses en la academia es un gran problema476. Pero no es la única forma de prácticas de investigación cuestionables. La matematización, entre otros, también ha sido un tema en el que los metodólogos económicos han centrado su atención en sus críticas. Por ejemplo, Jesus M. Zaratiegui (1999) sostiene que “las matemáticas son un símbolo poderoso de la consistencia lógica interna que la economía ha desarrollado durante este siglo. Sin embargo, se le ha acusado de hacer un uso no crítico de los métodos matemáticos y de convertir estos métodos en un arma del imperialismo económico.” Asimismo, en dos de sus artículos más recientes, Paul Romer, premio Nobel en Memoria de 2018, sostiene que la teoría macroeconómica adolece de la falta de evidencia empírica que sustente los modelos matemáticos de crecimiento económico. Él lo llama “matemáticas.” Mathiness, según Romer, es un mal uso de las matemáticas en el que los economistas no proporcionan al lector los hechos del mundo para respaldar el modelo teórico. Romer (2016b) piensa que el contenido empírico inexistente en economía “indica un cambio de la ciencia a la política académica,” lo que provoca un fracaso científico:

El estilo que llamo matemáticas permite que la política académica se disfrace de ciencia. Al igual que la teoría matemática, la matemática usa una mezcla de palabras y símbolos, pero en lugar de establecer vínculos estrechos, deja un amplio espacio para el deslizamiento entre declaraciones en lenguaje natural versus formal y entre declaraciones con contenido teórico en lugar de empírico.

Romer no está en contra del uso de supuestos poco realistas en economía. Sin embargo, le preocupa el hecho de que los modelos macroeconómicos matemáticos no pueden verificarse porque no se comprueba si se ajustan a los hechos reales del mundo. Los puntos de vista de Romer sobre la teoría macroeconómica, según nuestro entendimiento, son una reformulación del descontento general entre muchos metodólogos económicos que han señalado los riesgos del uso excesivo y mal uso de las técnicas matemáticas en la economía aplicada desde la Segunda Guerra Mundial. Paul Romer, un macroeconomista que ha sido conocido por sus contribuciones matemáticas a la literatura sobre la teoría del crecimiento endógeno, lo señaló aunque no proporcionó evidencia en algunos de sus artículos más citados, como “Endogenous Technical Change” 20e “Integración económica y crecimiento económico”477, para sustentar sus modelos matemáticos, tampoco. Pero es tan claro como cualquier metodólogo económico profesional:

Mi conjetura es que la teoría de cuerdas y la macroeconomía post-real ilustran un modo de falla general de un campo científico que se basa en la teoría matemática … la conformidad con los hechos ya no es necesaria como un dispositivo de coordinación. En consecuencia, si los hechos contradicen la visión teórica oficialmente sancionada, quedan subordinados. Eventualmente, la evidencia deja de ser relevante (Romer 2016b).


  1. Colander y col. (2009), Kirman (2010), Elliot (2010), Lawson (2009), Harvey (2012).↩︎

  2. Yalcintas y Selçuk (2016).↩︎

  3. Maziarz2017).↩︎

  4. Valdés (1995), Mirowski (2002), Perkins (2004), Oriental (2006).↩︎

  5. Rivera-Batiz y Romer (1991).↩︎