2 Causalidad, agencia y cambio


Los economistas de la corriente principal reconocen intermitentemente un dilema en el centro de su proyecto. En ocasiones, señalan que la intuición ampliamente aceptada de que las personas tienen opciones y capacidad de acción reales es incompatible con su objetivo de aumentar el poder explicativo de la teoría económica. Les preocupa que a medida que se amplían las explicaciones causales de los fenómenos económicos, más agencia y elección deben reconocerse como ilusorias en última instancia. El dilema, una vez reconocido, generalmente se deja de lado y las prácticas de modelado convencionales de la economía dominante persistieron sin más demora. En este artículo se argumenta que el supuesto dilema señalado es falso y surge principalmente porque los métodos formalistas (y las nociones de explicación que se adaptan a ellos) tienden a ser adoptados en economía antes, y sin que se les preste suficiente atención, a los tipos de objetos que constituyen el tema de la investigación social. Se argumenta que los métodos y formas de explicación que los economistas convencionales reconocen como legítimos presuponen una ontología que es incapaz de acomodar la agencia dentro de la naturaleza o reconocer las posibilidades de un cambio genuino. En la parte constructiva del documento, se adopta una estrategia para examinar el dilema que los economistas de la corriente principal señalan que coloca a la ontología al frente y en el centro del escenario. Se argumenta que una ontología de poderes, capacidades, tendencias, disposiciones y potenciales activos reales respalda una concepción completamente naturalista de la agencia y el cambio genuino que puede servir para informar las decisiones que toman los economistas sobre la mejor manera de llevar a cabo proyectos explicativos sin generar tensión o incoherencia. Se argumenta que los métodos y formas de explicación que los economistas convencionales reconocen como legítimos presuponen una ontología que es incapaz de acomodar la agencia dentro de la naturaleza o reconocer las posibilidades de un cambio genuino. En la parte constructiva del documento, se adopta una estrategia para examinar el dilema que los economistas de la corriente principal señalan que coloca a la ontología al frente y en el centro del escenario. Se argumenta que una ontología de poderes, capacidades, tendencias, disposiciones y potenciales activos reales respalda una concepción completamente naturalista de la agencia y el cambio genuino que puede servir para informar las decisiones que toman los economistas sobre la mejor manera de llevar a cabo proyectos explicativos sin generar tensión o incoherencia. Se argumenta que los métodos y formas de explicación que los economistas convencionales reconocen como legítimos presuponen una ontología que es incapaz de acomodar la agencia dentro de la naturaleza o reconocer las posibilidades de un cambio genuino. En la parte constructiva del documento, se adopta una estrategia para examinar el dilema que los economistas de la corriente principal señalan que coloca a la ontología al frente y en el centro del escenario. Se argumenta que una ontología de poderes, capacidades, tendencias, disposiciones y potenciales activos reales respalda una concepción completamente naturalista de la agencia y el cambio genuino que puede servir para informar las decisiones que toman los economistas sobre la mejor manera de llevar a cabo proyectos explicativos sin generar tensión o incoherencia.