Conclusión
Estas consideraciones llevan a la conclusión de que el modelo de mercado perfectamente competitivo no es una fuente adecuada de obligaciones morales y, por extensión, de una defensa moral de los mercados. Si deseamos preservar el principio metaético de que las acciones morales deben elegirse voluntariamente de un conjunto de alternativas (y, como corolario, tener en cuenta la volición), entonces necesitamos un enfoque para mirar y modelar la competencia que no abstraiga de los aspectos esenciales de la naturaleza humana. Para juzgar y defender las operaciones del mercado, necesitamos teorizaciones epistemológicas y éticas que puedan conceptualizar correctamente la acción humana y no resulten en un tipo de abstracción idealizada que no pueda realizarse en la realidad456.
Este artículo se ha beneficiado de los comentarios sobre borradores anteriores de Tara Smith, Péter Róna y Manon Abbo, y de los comentarios de los asistentes a mi presentación de un borrador anterior en la conferencia ‘La economía como ciencia moral,’ organizada por el Instituto Económico Polaco. . También me gustaría agradecer a Hanno Sauer por dar el curso que me llevó a escribir este artículo.↩︎